La geometría suele ser la gran olvidada de las clases de matemáticas.
¿Será porque los libros de texto colocan los contenidos de geometría en los últimos temas y muchas veces no hay tiempo de verlos en clase?
¿O quizá es porque aún sigue siendo una gran desconocida para pequeños y mayores?
En nuestra infancia, hemos tenido tan pocas oportunidades de descubrir y vivir la geometría que solo recordamos una, árida y poco interesante, colección de nombres y fórmulas.
La geometría es mucho más que eso.
De hecho, es la parte de las matemáticas más cotidiana y familiar.
Absolutamente todo lo que rodea a los niños y las niñas (y a nosotros) es geometría.
Aprender geometría es descubrir el espacio y los fenómenos que ocurren en él. Por tanto, la geometría es mirar, observar, comparar e investigar en el día a día. Además, no solo observamos desde fuera sino que formamos parte de él. Somos observadores y, a la vez, partícipes del mundo.
Primeros pasos para aprender geometría
Experimentar.Los niños y las niñas comienzan a conocer el espacio a través de las sensaciones corporales tocando y tomando objetos o moviéndolos como cuando hacen rodar las esferas. Así, descubren la diferencia entre superficies planas y curvas, entre figura plana y volumen o se familiarizan con las características de las formas. Además, a partir de sus propios movimientos y el de los demás como caminar, subir y bajar escaleras, esconderse bajo una mesa o seguir circuitos aprenden geometría.
Tomar consciencia. Tocar, manipular o moverse no es suficiente, es necesario que presten atención y vayan interiorizando conceptos y propiedades. No solo tienen que experimentar sino que es fundamental que sean conscientes de su aprendizaje. Nuestro rol es guiarles en ese proceso.
La observación. Quizá parezca fácil o trivial pero observar no siempre es fácil y sin embargo es vital hacerlo. La observación es el núcleo del aprendizaje de la geometría y, porque no decirlo, de cualquier nuevo conocimiento. ¿Se puede enseñar a observar? La respuesta es sí. Para observar es necesario fijar la atención en algo concreto y saberlo aislar de otras cosas y, además, plantearse una pregunta para cuestionarse cómo son las cosas y los fenómenos que pasan a nuestro alrededor.
Una manera de trabajar la observación de la geometría
Hay muchas formas de ayudar a los niños a desarrollar su capacidad de observar.
Una que a mí me gusta mucho por su riqueza es la búsqueda de objetos y situaciones geométricas para fotografiarlas. Esto se puede plantear en forma de «excursión fotográfica», es decir, salir al exterior (también se puede hacer en clase o en casa) y encontrar situaciones con algún elemento geométrico destacado.
Otra posibilidad es participar en un concurso fotográfico matemático, para los niños es muy motivador.
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